La cirugía de vesícula biliar es la intervención quirúrgica que se lleva a cabo para extirpar la vesícula biliar, un órgano situado en la parte inferior del hígado y que sirve de reserva para la bilis. Su extracción está indicada cuando el paciente tiene dolor o síntomas provocados por la formación de cálculos (piedras) en la vesícula. La operación de vesícula biliar puede ser mínimamente invasiva por vía laparoscópica o de forma tradicional con cirugía abierta. La cirugía laparoscópica consiste en hacer tres o cuatro pequeñas incisiones en el abdomen (de medio cm o 1 cm) y, por uno de los orificios, se introducirá un laparoscopio (tubo delgado e iluminado conectado a una cámara que permite ver el interior de la cavidad) y otros instrumentos para realizar el procedimiento. Se insufla gas con una aguja para expandir el abdomen y se diseca y corta el conducto cístico y los vasos sanguíneos que llegan a la vesícula. Por último, se extirpa la vesícula biliar. En un pequeño porcentaje, si la enfermedad es más grave o hay complicaciones durante la cirugía, se lleva a cabo una operación abierta. Ésta consiste en hacer una incisión en el abdomen para abrirlo y extraer la vesícula.