Dr. Enrique Stoopen | Cáncer de tiroides
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Cáncer de tiroides

Cáncer de tiroides

El cáncer diferenciado de la glándula tiroides es de crecimiento muy lento y puede tardar muchos años antes de que aparezcan los síntomas.

 

¿Todos los cánceres diferenciados de la tiroides son iguales?

No, hay diferentes tipos:

Carcinoma de células papilares – este es el cáncer más frecuente que hay. Es más frecuente en personas jóvenes y en especial en mujeres.

Carcinoma de células foliculares – este es el cáncer menos frecuente que hay. Es más frecuente en personas mayores que aquellas con cáncer papilar.

Carcinoma de células medulares – este es un cáncer raro que es en ocasiones, no siempre, hereditario. Pregunte a su especialista sobre orientación genética y él  le indicará qué hacer.

 

La mayoría de los cánceres de tiroides responden bien al tratamiento y su cura es alta, sin embargo, puede haber recurrencia, en especial en los pacientes muy jóvenes o de edad más avanzada. Esto puede ocurrir en cualquier etapa, sin embargo, las recurrencias pueden ser tratadas satisfactoriamente, por lo que el seguimiento de por vida es muy importante.

 

¿Cuál es la causa del cáncer de tiroides?

La causa del cáncer de tiroides no se conoce; sin embargo, un factor de riesgo ya conocido es la exposición a la radiación, y se ha encontrado en personas que han tenido radiaciones externas del cuello 10 ó 20 años atrás, así como en los “niños Chernobyl”. Las investigaciones actuales están buscando la causa del cáncer de tiroides. Muy rara vez, el cáncer papilar de tiroides es hereditario, mientras que el cáncer medular frecuentemente si es hereditario.

 

 

¿Cuáles son los síntomas del cáncer de tiroides?

Una masa no dolorosa en el cuello que gradualmente crece en tamaño.

Dificultad para tragar (disfagia), debido a la localización anatómica de la glándula tiroides y del esófago.

Dificultad para respirar (disnea), debido a la localización anatómica de la glándula tiroides y de la tráquea.

Ronquera de la voz.

En ocasiones no hay síntomas y se diagnostica “por casualidad”.

El hipertiroidismo (tiroides muy activa) y el hipotiroidismo (tiroides poco activa) son raros en el cáncer de tiroides, ya que las células cancerosas generalmente no afectan la producción hormonal de la tiroides.

 

¿Qué exámenes necesito?

Al presentarse con su médico por alguno de los síntomas arriba mencionados, se necesitarán algunos exámenes para confirmar el diagnóstico.

 

Biopsia por aspiración con aguja fina (BAAF) -esta se hace de forma ambulatoria, en el consultorio. Se extrae una muestra de las células a través de una pequeña aguja que se introduce en cualquier tumoración o inflamación que pudiera tener en el cuello. Estas células se analizan bajo un microscopio para determinar cualquier anormalidad y que tipo de crecimiento o cáncer puede ser. Este es uno de los principales exámenes para ayudar a confirmar el diagnóstico.

Muestras de sangre – estas se toman para determinar si los niveles de hormona tiroidea están dentro de los límites normales. Aunque estas pruebas por si solas no hacen el diagnóstico de cáncer, sirven para tener el diagnóstico en general y para mayor seguridad en la completa planeación del tratamiento.

Ultrasonido del cuello – por medio de ondas de ultrasonido, con este examen se obtiene una imagen sólida o quística de cualquier masa de la glándula tiroides. Nuevamente, aunque esta prueba por si sola no hace el diagnóstico de cáncer, sirve para tener el diagnóstico en general y para mayor seguridad en la completa planeación del tratamiento.

Gamma grama con radioyodo – se administra yodo radioactivo por medio de una inyección en la vena, y después de algunos minutos, se coloca una gamma cámara en la parte anterior del cuello.  La cámara mide la cantidad de la sustancia radioactiva que toma la glándula tiroides. Las células cancerosas no absorben la sustancia radioactiva tan bien como lo hacen las células sanas, de tal forma que un pequeño cáncer puede ser visto como un “nódulo frío o hipocaptante”. Sin embargo, no es un examen diagnóstico muy bueno, ya que muchos de los llamados “nódulos fríos” resultan ser benignos. Este examen se usa fundamentalmente después de que ya ha sido dado el tratamiento, para determinar si quedaron algunas células cancerosas.

 

¿Qué tratamiento voy a tener?

Se le puede ofrecer la cirugía llamada tiroidectomía. 

La cirugía es por lo general, el tratamiento de primera línea para el cáncer de la glándula tiroides. Regularmente se quita la totalidad de la glándula (tiroidectomía total), aunque en algunas ocasiones será necesario resecar sólo un lóbulo. Esto va a depender de varios factores tales como la edad, el tamaño del tumor y los resultados de los exámenes arriba descritos. Las glándulas paratiroides pueden o ser removidas. Después de una tiroidectomía, deberá tomar pastillas de tiroxina por el resto de su vida; serán necesarios exámenes periódicos de laboratorio para determinar si los niveles de hormona tiroidea en sangre están dentro de los rangos normales y verificar que los niveles de TSH estén suprimidos. Eventualmente, necesitará exámenes de laboratorio 1 ó 2 veces por año.

Después de la cirugía va a necesitar que se le revisen los niveles de hormona tiroidea en sangre.

Después de la cirugía será manejado por su endocrinólogo y se le tomarán exámenes de sangre periódicamente. Si se siente muy cansado; si tiene sensación de piquetes en las manos, cara o pies; si tiene palpitaciones o se siente muy nervioso o tembloroso; muy activo; o si su estado general no es bueno, tal vez quiere decir que es necesario ver sus niveles de tiroxina o calcio en sangre ya que pueden no ser los adecuados, y sea necesario modificar su medicamento, aumentando  o disminuyendo la dosis, dependiendo de como se encuentre. Una vez que su cuerpo esté con los niveles hormonales necesarios, podrá tener una vida completamente normal, pero necesitará tomar las pastillas de tiroxina por el resto de su vida y tener sus exámenes de función tiroidea revisados periódicamente. Será particularmente importante tener sus PFT revisadas si se embaraza, ya que será necesario aumentar los niveles de tiroxina (T4).

Es probable que también sea necesaria la terapia con yodo radioactivo. La mayoría de los pacientes necesitan tener terapia con yodo radioactivo después de la cirugía. Su médico le dirá si este es el caso. La terapia con yodo radioactivo no duele, y consiste en tomar un líquido o de 1 a 2 cápsulas en una sola toma. No se sentirá mal ni se le caerá el pelo, ni tendrá algún otro efecto secundario con las dosis habituales. Es una dosis muy baja de radiación, pero por protección a otros, el paciente necesitará asilarse socialmente y deberá hospitalizarse de 2 a 4 días. En caso de que necesite este tratamiento se le informarán los detalles antes de que lo tome.

La mayoría de los cánceres de la glándula tiroides son bien tratados y curables. Por favor contacte a su médico en caso de alguna duda después de haber leído esta información. Juntos podemos ayudarle en su tratamiento y recuperación.

 

Fuente: British Thyroid Association

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